La negra Pacheca
¡Vamos a jugar a comitiva! En el Quindío, en la zona cafetera, los niños y las niñas suelen jugar a la "comitiva" o jugar a las ollitas y preparan deliciosas sopas y pucheros. En esta canción una muñeca, la negra Pacheca, ayuda a cocinar, pero Tony, un perrito muy cansón, pone toda la fiesta patas arriba y hasta la pobre muñeca termina llorando. ¿Cómo arreglamos este barullo?
-- Letra --
- Hace mucho, pero mucho tiempo, no se habían inventado las muñecas Barbies y las niñas jugaban con muñecas de trapo que hacían con la mamá. Esta canción se la enseñó la tatarabuela, de la bisabuela, de la abuelita, de Doña Leticia Monroy de Montoya, en una finca muy bonita, en Montenegro, en el Quindío. Habla del juego de la comitiva, que es jugar a las ollitas. Este jueguito está empezando, está empezando, está empezando, empezó…
- ¿Quieren ver a mi muñeca? Se llama Pacheca, la hicimos mi mamá y yo con unos retacitos que le quedaron de un vestido que le mandaron a hacer. ¡Vení Pacheca! vamos a jugar bien bueno en la casa… la comidita, vení, mirá tanta gente…
Un domingo cecilia me dijo, vamos hoy a jugar comitiva
Mi mamá nos da todo y de fijo que las ollas las presta la tía
Yo repuse, querida primita, a mi madre pedirle yo quiero
Leche, papa, pimienta y carnita que sazona y da gusto al puchero
El fogón en la huerta encendimos y a la gran comidita asistieron
Mis hermanos y niños vecinos que gustosos los platos lamieron
- Ay que Tony, andate pa’ fuera querido, no, que perrito tan cansón. Te voy a dar un pedacito de pan ¡pero te vas!
Estuvieron también las muñecas bajo un árbol muy verde y florido
Mientras tanto la negra Pacheca, ayudaba a cuidar el cocido
Hubo baile después de comida, hubo cantos y un cuento gracioso
Sin pensar en que todo termina con algún sin sabor doloroso
- Ay esta comida ya huele que estuvo, vamos a probarla a ver si me quedó espléndida, ¡Uy guácatelas!, me quedó horrible, voy a buscar más ingredientes para que quede más sabrosita. ¡Uy Tony!, ¡soltame la muñeca, me tumbaste la cocinita! Qué perrito tan cansón.
A la negra Pacheca querida la cogieron los perros que había,
le rasgaron su bata florida y la hicieron llorar todo el día.
- Tranquila mi muñeca que todo en la vida no se resuelve llorando, además para éso mi mamá tiene una canasta llena de hilos de colores y de botones, para hacerte un vestido nuevo. No hay que llora mi muñeca, no hay que llorar. Este jueguito se está acabando, se está acabando, se acabó.
Teatro Comunidad